Una vez más...

Disfrutaba de una conversación trivial, acompañada de una taza de café recién extraído; intentaba descifrar el significado de aquellas palabras más no comprendía por qué siempre volvíamos al mismo tema.  En medio de una ráfaga colérica me puse de pie,  y vociferé muchos símbolos indescriptibles e inteligibles que salieron de mi boca y me incomodaron.  Los ojos desorbitados de los presentes me despertaron.  Por mucho tiempo había guardado la compostura, pero ya no era posible, ya habíase derramado la última gota que desencadenaría el torrente por el que muchas veces había evitado dejarme caer.  Guardé silencio, tranquilicé mis nervios, el silencio y la actividad me calmaron.  Retorné a mi refugio y las palabras y voces indescriptibles volvieron a ser conocidas y reconocidas por mi consciente.  Había vuelto a ser, una vez más un ser humano.  

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