INSPIRACIÓN...

Paseaba en la noche, dejando que el viento acariciara mis cabellos, que la brisa dejara una huella en mi piel, que mis manos se mojaran con un nerviosismo conocido, sonreía; cerraba mis ojos imaginando el roce de las caricias y los besos apasionados que lejos de alejarme de la realidad, me llevaban de la mano por un encuentro furtivo que embelesada me transportaba más allá de la realidad misma, me adentraba en los oscuros deseos, en la fragilidad de mis anhelos y el desasosiego y calidez del momento.  Miraba fijamente e inyectaba con la mirada el elixir necesario para llegar a mi objetivo.  Me perdía en un gesto, en un suspiro, en el delirio trémulo de la inspiración.

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