Se avecina una tormenta...
El cielo nublado, desplegó una serie de sensaciones extrañas, depresivas, e inexpresivas, calma, quietud e intranquilidad, poco después; el cielo se adentró en una tormenta que arrastró consigo la calidez del medio día, la suciedad de las calles y despobló las aceras del movimiento habitual; en un momento dado, los movimientos telúricos interrumpieron las actividades y alteraron los nervios de la multitud, en algunos lugares se llevaron la vida de las personas y los derrumbes causaron pánico en los pobladores de los lugares aledaños. Las nubes se reúnen, se avecina una nueva tormenta, una tormenta que ha traído sufrimiento y dejará resignación, que ha traído angustia y posiblemente deje tristeza, una tormenta que impulsó el nerviosismo y dejará esperanza y caridad.
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