El beso...
El beso, ese pequeño momento que inicia con un simple roce en los labios, la ternura de los mismos se transforma en un cúmulo de sensaciones que aumentan y destilan el elixir de la pasión, una experiencia exquisita y abrasadora que en momentos de tristeza puede borrar todo recuerdo y toda lágrima, que en momentos de enfado puede romper con todos las quejas y reclamos para quemarlos en la hoguera y en aquellos momentos en que la reconciliación es una excusa más para hacer a un lado todo lo que obstruya el paso y fundir con esos besos y esa pasión absoluta un momento especial y exorbitante como un volcán en erupción.
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