Tragedias
Recordaba cada una de las partes tristes de un final irreversible, no concebía que pudiese existir tan inefable desenlace, no quería aceptar que la música, la imagen y los gestos pudiesen destruir el corazón con una nota musical y de un mismo salto se reconstruyese el corazón cual rompecabezas desarmable, siempre con una sonrisa al final. La admiración me conmovía porque lograba provocar un quebranto tan difícil de sobrellevar y culminaba con el episodio; secaba las lágrimas y la angustia y te llevaba al más sublime de los momentos. Aceptarías el final trágico y comprenderías que las cosas debieron ser como son. En algunas ocasiones sería de esta manera, pero en otras ocasiones, el final sería tan doloroso que no te alcanzaría el dolor del momento para explicarte y aceptar la realidad, tendrías que explicar y replantear el momento y finalmente aceptar inconforme el final.
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