La Fantasía a través de la Imaginación

Qué extraordinaria es la imaginación, porque te transporta donde quiera que estés a un mundo diferente y con muchas experiencias y aventuras que puedes interrumpir y reanudar a tu antojo… Todo empezó unas horas atrás,  el monstruo despertaba… me imaginaba caminando lentamente, había tenido que salir apresurada y no había tenido tiempo más que de bañarme y ponerme una blusa de algodón, fresca, se pegaba al cuerpo, a pesar de haberme secado con la toalla, sentía cómo la blusa se traslucía puesto que mi cuerpo la había mojado, había olvidado ponerme una prenda importante, y la blusa tomaba la forma de mis senos, sentía que el aire los refrescaba, afuera había calor; imaginaba cómo sería si sus manos rozaran mis pezones sobre la tela, creo que disfrutaba ese roce, pensaba en esa sensación, en la forma que tomaban al ser acariciados con suavidad, imaginaba que pasaba por una de esas regaderas automáticas y sin poder evitarlo me mojaba, tenía la blusa partes seca, partes húmeda y pegada al cuerpo. Sus labios sobre la tela intentaban rozar mis senos, sentía cómo mi ropa interior se mojaba y sentía cómo no podía evitar tocarme, mis dedos acariciaban lentamente esa prenda que se mojaba aún más, estaba acalorada, nos habíamos dispuesto a arrinconarnos, él me volteaba contra la pared; con suavidad, sus manos pasaban por mis caderas y con sus dedos subía un poco mi falda, sentía su presión sobre mí, me agitaba, abría ligeramente mis piernas dejando que sus dedos se deslizaran sobre mi prenda íntima, la otra mano subía lentamente por uno de mis senos y lo acariciaba, lo apretaba, me volvía loca el éxtasis del momento. Las respiraciones se confundían, mi falda subía dejando al descubierto la diminuta prenda que dejaba entrever mi derrière, y me dejaba sentir la dureza de su virilidad, hirviente, dilatada.  Empecé a voltearme lentamente, sus brazos fuertes me levantaron y pude sentir esa furia, no podía evitarlo, mojaba mis labios y sentía su rudeza en un vaivén incontrolable que me extasiaba… Nos besábamos, podía sentir que nos comíamos a besos, quería más, pero repentinamente se escuchó a lo lejos, ¿¡¡¡VAN A BAJAR!!!?... es mi parada pensé… bajé del bus, estaba algo turbada, hirviendo por dentro.  Por suerte llevaba una chaqueta que cubría algunas sensaciones y dejaban entrever un cambio físico. Estaba acalorada, tuve que entrar al tocador y refrescar mi rostro.  ¡Uff!… No estuvo mal para ser parte de mi imaginación pensé… Ya puedes descansar me dije…. Y el monstruo volvió a su refugio a conciliar el sueño.

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