Mala...

Malvada... sería la mala de toda la historia y me consumiría en lo más profundo y oscuro de los pensamientos, te arrastraría a la lujuria, te comería con mis pensamientos y desencadenaría las catástrofes y maremotos con la mirada extraviada, con el fuego de la mirada colocada sobre el plato, con los colmillos afilados como finas cuchillas listas para deleitarme con tu presencia, sería tan extenuada e insaciable que cada bocado sería degustado con éxtasis y esmero, mi saliva derretiría cada parte y la aderezaría justo con el toque especial; incesante y suculento bocado, sería el que provocaría mi perversa sonrisa, mis delicados dedos te tomarían con sutileza, deslizándolos suavemente sobre tu piel hirviente, convirtiéndote en mi presa predilecta, extasiado de pasión, extasiado de sabor, extasiado del elixir de la vida.