Luz Intermitente...

Reunidos en hordas de diminutos filamentos, los vellos de la piel despertaron un calor excepcional, un calor elevado por el viento, ese viento frío que apresando la piel cobraba vida tras la intriga y tras el sosiego incierto;  avanzaba segundo a a segundo, destilaba calma esa tarde fría de noviembre, embelesados y no entendiendo el proceder de sus lamentos intentaban integrarse entre sí, intentaban ahogar sus erizos momentos, recobraban su libertad tras las chispas de la electricidad emanada por la música bohemia, el alcohol etílico y el humo del cigarrillo que se respiraba en el ambiente.  Liberando las esporas cercadas tras una barrera de soledad, la espera se hacía más ciega y más intranquila, la luz tenue de la noche abarcaba el tiempo y lo consumía tras las sombras del ruido y el fragor del líquido que llenaba la garganta, ahogando la conciencia y liberando la inconsciencia de las letras.

Comentarios

Entradas populares