El sendero escogido...

Magnánimo pero solitario, sus escamas aún no caen, aún no cambia su piel, aún su aspereza lo absorbe, el colorido traslúcido y camaleónico de su piel se confunde con el ambiente, se confunde con la hierba, se confunde con las Dracónidas que abrazan a los dragones alados que las llevarán a la eternidad, que las llevarán tomadas de la mano por el sendero de los que se aman eternamente, de los amantes enamorados, de los amantes gigantes ante la fuerza del amor, pero tú, tú camaleónica figura encontrarás a una Dracónida que  aún no ha sido amada, que aún no ama profundamente y la amarás por siempre, te entregarás a su amor; y juntos se fundirán como el magma, se amarán incansables, serán uno entonces, serán carne de la carne y la sangre hirviente correrá por sus venas; tomarán entonces el sendero escogido y el camino hacia el cielo del amor eterno se abrirá para ustedes, dejarán atrás la soledad mientras las solitarias hojas se marchitan, mientras muy tarde vinieron las nuevas pieles, mientras el corazón herido sangrará hasta desfallecer…