PERVERSIDAD TEMPESTIVA...

Absorbí la perversidad que denotaba esa mirada, esos gestos, ese movimiento tempestivo con el que dejaste escapar tus delicados mensajes, hipnotizabas mis sentidos, podría haber neutralizado esas secretas intenciones más no quise hacerlo; por el contrario, me adentré a despertar a la fiera interna y dejé que no sólo se hiciera presente sino que tomara parte de la picardía que transgredía la ley y el orden de las reglas preestablecidas y erróneamente conformadas.  Las cartas estaban echadas, pero la jugada aún no estaba concretada, con sólo una mirada respondimos al acertijo y desnudamos los carbones que ardiendo llevaron la carne al fuego más rápido que el alba.  En un abrir y cerrar de ojos nos detuvimos a contemplar el amanecer y en un respiro despertamos del anochecer.

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