Clímax vs. Desenfreno...

En la memoria siguen grabados esos ojos llameantes,  esos ojos llenos de fuego, esa picardía a flor de piel que salía de aquella presencia magnífica que resaltaba entre las sombras; desestimando los daños que podía causar, apareció ante aquella figura  una creatura salvaje y tenaz, la fuerza interna que emanaba no pasaba desapercibida y la presencia no dejaba de observar sus movimientos imponentes.  Se deslizaba sigilosa, como lo hacen los felinos, tierna, perspicaz y atenta, pero ambos no alcanzaban a estudiarse ni mucho menos descifrarse, sus miradas competían por llevar al otro al delirio y subyugarlo al desenfreno.
Exhaustos de luchar, sucumbían en sus esfuerzos con mucha exquisitez hasta alcanzar el esplendor de ambos anhelos

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