En un abrir y cerrar de ojos...

En la madrugada desperté de mi sueño intranquilo, respiraba agitada, al cabo de los minutos como un cometa escuché el crujir de los árboles, el aire se intensificaba y estrepitosamente las cosas caían sin que me diera tiempo a pensar si estaba viviendo un sueño o era real… me levanté escuché unos gritos, corrí por el pasillo pasando por pequeñas piedras que me hacían tropezar hasta que en uno de esos tropiezos caí al suelo, me seguí arrastrando hasta donde se escuchaban los ruidos y pude percibir unas luces que venían desde adentro, eran las almas de los seres queridos que se llevaban los destinos de cada uno de los seres amados, me levanté, mi pierna derecha estaba inmóvil, salté y me deslicé como pude hasta encontrar una salida, era muy tarde para lamentar la pérdida, escuché el llanto de un niño y lo único que pensé era en librarlo de aquella pesadilla, estiré los brazos, pude escuchar su llanto bajo unos cajones y lo encontré, hallé su cuerpecito, seguramente protegido por mi hermana.  Lo tomé entre los brazos, saltando no sé ni cómo, logré salir de aquel terremoto, de aquel huracán y de la caída de los árboles, me aferré con todo para salvarlo y saqué fuerzas de la nada, corrí, me escondí y luego de un fuerte estruendo todo quedó en silencio, era como si el mundo se hubiese detenido, el bebé abrió los ojos, lo apreté contra mí, caminé con él por todo el lugar, todo estaba desierto, toda la casa donde crecí cayó al abismo, todo sucedió en un momento, el bebé creo… estaba tan asombrado como yo… no lloraba, sus ojos se dilataban sin que sus manitas me soltaran.  Lo vi, unas lágrimas rodaron por mis mejillas y luego vi hacia el cielo azul celeste, estaba descalza, mi ropa estaba desgarrada, mi pierna derecha con heridas sangrantes, pero el bebé estaba intacto.

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