El Recuento...

Por las noches hago el recuento de las emociones más impresionantes que había vivido y de las situaciones más sorprendentes e inquietantes a la vez.
Me acurruqué con la almohada a mi lado, volteándome una y otra vez por el frío; un calor se me hizo familiar, ese calor corporal me tranquilizó y me despertó con una sonrisa, me sentí malvada y ardiente, sentí que la energía volvía a mi cuerpo y que se calentaba con tal fuerza que casi habría podido fundir un tempano de hielo y convertirlo en agua fresca justamente para juguetear como un delfín.


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