Cumbia bajo la luna creciente…


Tus besos sabían a cumbia, sabían a Jamaica tibia, sabían a perversidad motivadora, los pasos aumentaban, el calor crecía, la cumbia junto a la rumba equipaban el amanecer con destellos iluminados y con movimientos febriles y emocionados; la música acompañaba la noche, acompañaba las risas, acompañaba a la luna que se fusionaba con la madrugada.  Aún tenían tenues sus rostros; la música fue bajando, las miradas se encendieron más, la perversidad crecía junto a los sabores cumbieros del mentolado y así como el brillo de los ojos acarreó a la perversidad, así los sabores y brillos del mar acompañaron la noche.

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