Secretamente…
Secretamente
me fundí con el sueño, trémula, agotada por el bullicio innecesario, por la falta
de musicalidad en el anochecer, por la falta de sensaciones sobre mi cuerpo,
por falta de calidez intermitente, me aferraba a la imaginación que a pesar de
estar profundamente dormida aún la mente trabajaba incansable; relajada,
sosegada, la imaginación me llevó sin rumbo por senderos desconocidos, por
caminos olvidados, con la neblina en el amanecer; un sinnúmero de gotas de
lluvia decidieron aparecer repentinamente y luego de haber empezado a correr un
par de calles me detuve, no tenía caso tratar de huir, el agua corría como los
ríos y no era posible detenerla, me acomodé el cabello y proseguí caminando,
la lluvia enfadada no tuvo más que detenerse al ver que ya no iba a correr más,
no tenía caso hacerlo y entonces comprendió que su ferocidad no era
precisamente con mi persona, era generalizada por el mundo, pero en realidad
tendría que buscar otra forma de acercarse, otra forma de hacer consciencia,
otra manera de ver las cosas...
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