Bajo la mirada de la playa
El agua cristalina me invita impía a visualizarte trémulo y perverso, bajo
destellos de colores en medio del arrecife, con el sol pegado a dos cuerpos
mojados por el mar, con la calidez de las risas juguetonas y abrasadoras, con las miradas perdidas hacia el
viento, con la exquisitez de ambas cabelleras enredadas en caricias, la arena
salpicando la ternura de un paisaje, con la brisa del mar rodeando el camino,
con el sudor de la mañana fulgurante ante la lejanía de los botes; reservados,
y desplazándose hacia la morada guiada por el agua, los pies van dejando las
huellas sobre la arena, las conchas van formando un camino claro y seguro donde
las sombras confabuladas con el éxtasis de la tarde caen para ver las sombras
del desapego, las sombras del desenfreno, las emulaciones de éxtasis regocijadas
en la fragilidad de la tarde, adormeciéndose detrás de un bote que descansa
bajo la luz del atardecer, donde extasiados se viven los momentos de la calma,
donde el agua de un coco ha saciado la sed del calor de la experiencia, donde
los cuerpos danzantes corren hacia el mar para vibrar de frescura, para
esconderse ante el agua, para esperar el anochecer a la luz de las velas.
he tenido la oportunidad de pasear por tu blog, y no debo marcharme sin darte las gracias antes por el buen raro que he pasado. Me gusta la buena literatura y creo que tienes el don de saber crearla. Escribes apuntando a las emociones y aciertas de pleno en lo más íntimo de quien te lee. Me ha gustado y volveré.
ResponderEliminarRecibe un cordial saludo desde Sevilla, España. Y no dejes nunca de escribir como lo haces, para que no dejes nunca de ser como eres.
Muchas grcias Jesús Tadeo... Agradezco tu comentario y me apasiona escribir porque en cierta forma mis pensamientos y sentimientos se trasladan cada vez que lo hago... Gracias de verdad.
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