EL HÉROE DE LA CASA...
Alguna vez todos, en
nuestras vidas, hemos vivido la aventura de las historietas, la aventura de las
caricaturas y quizás en deportes y en cantautores hemos tenido un protagonista
al que hemos querido seguir; sin embargo, ninguno de esos muchos personajes se
comparan al héroe de la casa, el padre…
Ese
personaje que te engendró, que veló junto a tu madre tus horas de sueño, que
cuando vio el desvelo de la madre en una noche en que tú no podías o no querías
dormir, el se levantó a arrullarte, quizás a darte la pacha y a pasearte por el
cuarto, que en algunas ocasiones tropezó y se golpeó pero tú… ni un rasguño,
que te enseñó a terminar ese proyecto, que te motivó a que leyeras y estudiaras,
que te inspiró contándote sus anécdotas, con quien lloraste aquella vez que
habló sobre su perro que murió frente a sus ojos, con quien lloraste porque no
sacaste buenas calificaciones, quien sufrió desvelos porque una tos infernal no
te dejaba dormir. Ese es el héroe que no
tiene una estatuilla, del que no tienes posters en tu cuarto, al que muchas
veces le has respondido con altanería y fiereza, ese es el héroe que más
admiramos, el verdadero héroe que ha recibido mucho más que un golpe del enemigo,
porque los golpes que recibió y que quizás aún recibe son al corazón y se
levanta como si nada, se levanta todas las mañanas con una sonrisa, se levanta
todas las mañanas para ayudarte y para levantarte el ánimo, que siempre tiene
una palabra sabia para obsequiarte.
Ese…. Ese es mi héroe… ese es mi papá.
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