Ella

En la soledad de las sombras… en la víspera de la media noche, la luna se veía espumosa, con la mirada turbia, dejándose absorber por las fauces de las nubes oscuras que se adentraban en ella como el humo de una fogata, así su mirada era un poco menos acuciosa que en un principio, había vivido lo suficiente para no impacientarse ni mucho menos sorprenderse por su destino, no había nada que buscar ni desechar, sólo el tiempo tomaría ventaja sobre ella y la intentaría cambiar; sin embargo ella no desistiría en mostrarse tal cual es… con esos ojos grandes y llameantes, capaces de dar todo hasta la última gota de su existir… por ello, los eclipses han tratado de ocultarla, por ello los planetas se han paseado a sus alrededores, intentando opacarla con lunares, con destellos y con sombras tenebrosas, más su fuerza es mucho más preponderante para sobrellevar esto y mucho más y tan grande es su fuerza que atemoriza a los viajeros, por su ímpetu y esplendor.  Más no puede evitarlo, ella así es, debido a esto, es alejada y desechada como un objeto inservible y así como no hará cambiar a los demás, ella no se dispone a cambiar, porque está segura de su ser, está segura de los demás y vive en sus apariciones latentes, algunas veces invisibles, algunas veces en decrecimiento, muchas otras volviendo a nacer y muchas otras con el alma a la intemperie, con la desnudez a cuestas, como una salvaje y sonriente como resplandece su ser.

Comentarios

Entradas populares