No duermo…
No
puedo dormir, no porque mis ojos no puedan en algún momento dado sucumbir ante
el sueño, no porque la cama sobre la que trabajo no me aliente a cerrar los
ojos, no porque la madrugada haya llegado y la noche sea silente, no duermo
porque mis ojos desean lo que veo, porque mi cuerpo se contenta en lo que hago,
porque mi aliento se alienta en la imaginación, porque la noche y la madrugada
se han fundido en el amanecer…
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