Febril Oscuridad...
El ambiente era lúgubre, el sonido de las voces se acallaba, los sonidos de los carros disminuían conforme las horas del reloj avanzaban, las luces de las calles alumbraban tímidas ante la noche oscura enlazada al silencio; unos pasos se escuchaban a lo lejos, un par de seres humanos cruzaban las calles y se miraban tímidos, apenas y levantaron la vista y regresaban a su posición sobrecogedora de indiferencia, por otras calles las miradas se cruzaban con desafío, con altanería y prepotencia, más parecía que buscaban ser provocadas para que terminara la tranquilidad de la noche, pero no, las miradas sólo se desafiaban y volvían a su secreta indiferencia. Algunas personas caminaban por las aceras de la ciudad y conforme apresuraban el paso, las luces se iban apagando, las luces inundaban el ambiente de oscuridad fría y solitaria, la oscuridad tomaba posesión de las calles, de los ambientes, de la ciudad. Finalmente se escuchó un grito aterrador en la oscuridad, se detuvo el tiempo, las respiraciones se disiparon, el miedo heló la sangre de los últimos transeúntes de la calle… la sangre caliente se derramaba y el aullido abrasador culminó con la mirada de la luna llena.
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