La niña de mis ojos...


La gente transitaba tranquila en las calles, un niño corría por las calles saltando y jugando con lo que encontraba y le parecía interesante, ya había terminado su trabajo, así que miraba hacia el suelo buscando algo que le pareciera interesante, así fue como encontró unos pedazos de vidrio de distintos colores, los recogía y guardaba como una reliquia que al terminar el día limpiaría con sumo cuidado, el dibujo de un ojo que había encontrado tirado, lo recogió y consiguiendo una hoja en blanco y un lápiz con una punta diminuta, decidió repetir el dibujo del ojo; al terminar, cogió cada una de las piezas de vidrio y las fue moliendo hasta hacerlas polvo, las golpeaba con una piedra grande y poco a poco había reunido distintos grupos de colores brillantes que colocaría en su dibujo; consiguió pegamento y con dificultad fue pegando cada color como pudo y como su imaginación le inspiraba, cada color brillaba y conforme lo iba espolvoreando sobre el dibujo, los destellos iban agregando una magia especial al arte del artista que culminó con su obra, la cual quedó terminada.  Se dedicó y buscó un plástico y un cartón donde pegarlo, le pegó con esmero, lo protegió con el trozo de plástico, con diminutas paletas de helado que había recolectado del basurero y lavado con esmero, le había armado un marco, observó que quedaba un poco de café frío en un vaso desechable que estaba abandonado a un lado de la basura, tomó el vaso y con sus dedos fue derramando gota a gota el café en el marco de paletas de helado, el marco quedó perfecto, un olor peculiar y un color café dejó un estilo único en su diseño, lo puso bajo el sol y estuvo por unos veinte minutos esperando a que secara, al lograr su cometido terminó por armar su cuadro. Buscó una bolsa de plástico y lo guardó, inició entonces su travesía por las calles, con sus pies desnudos hasta llegar al hospital, sus pies cansados y con ampollas, sus delgados brazos cargaban una mochila rota que llevaba la venta que sobraba del día, caía la tarde era su única oportunidad para verla.  Entró, faltaban minutos para que se acabara la visita, entró y caminó hasta una pequeña camilla, lentamente tomó sus pequeñas manos… la pequeña volteó al verlo sonrió –hermanito dijo… ¿dónde estabas?
-trabajando para ti hermanita, trabajando para ti… respondió él,  -mañana me operan dijo emocionada, -sí lo sé dijo él… -escúchame Sofie, le dijo, prométeme que guardarás este regalo para cuando estés mejor y que lo verás todos los días… -Claro dijo ella extrañada… anda muéstramelo dijo… el pequeño sacó la bolsa de plástico y la niña lo palpó… a penas podía verlo algo borroso… sonrió, debe ser hermoso… Lo es dijo él, pero en unos días lo verás mejor- Sí hermanito, así será… Se abrazaron y se despidieron.  La enfermera fue por el pequeño y la puerta se cerró terminando así la hora de visita.

Pasaron dos semanas y el doctor quitó las vendas… -¡Puedo ver! dijo Sofie, ¡puedo ver!, Ángel hermanito, ¿Dónde estás?... –su hermanito vendrá en unos momentos, pero me pidió que viera su dibujo… dijo la enfermera, Sofie lo vio, un hermoso dibujo de un ojo… ella estaba emocionada, insistió en querer ver a su hermano… la enfermera llevó al pequeño en una silla de ruedas… ¡hermanito, qué hermoso dibujo, es hermoso en verdad! dijo... y luego extrañada agregó –¡Qué te ha pasado hermano?, qué le pasó a tu ojo?, -Oh no te preocupes hermanita, yo ya vi una buena parte con mis dos ojos, ahora te prestaré uno para que tú veas la parte que te falta…

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