El miedo...

El miedo es un arma hermosa, silente y abrasadora, domina todos nuestros sentidos, hasta los que desconocemos, muchas veces actuamos contrariamente a sus designios, muchas veces al escucharla nos frustramos, al rechazarla nos confundimos, al desearla la desconocemos; a través de la historia, el miedo ha dado resultados difíciles de comprender, ha causado caos, como ha desencadenado odio, ha juntado el odio y la envidia más ha encauzado en dolor y desesperación, el miedo con sus cualidades dominaría al mundo si no fuese que nosotros dominamos al miedo, nuestros temores, nuestras acciones, nuestras equivocaciones nos llevan a alimentar en muchos casos al fantasma del miedo que deambula libremente por la mente y el corazón, algunas veces sentiremos alivio, pero la incógnita siempre permanecerá allí… cuestionando nuestros actos, cuestionando las represiones provocadas por el miedo, el freno a la palabra, el miedo a decir o hacer… ciertamente nos lastimará consciente e inconscientemente, se saciará con nuestras dudas, con nuestro temor y se fortalecerá de nuestras debilidades, pero serán pocos los que lo enfrenten, los que dejen de temerle al miedo, serán pocos los que triunfen en la batalla contra su fortaleza, seremos pocos los que intentaremos vencerlo.