El fragor del mar...


Caminé hacia el mar confiada, libre como el viento, con la mirada perdida, con los pies descalzos y taciturnos y entré en el agua, me llené de sus olas, me llené de su frescura, me llené de sal, pasado un rato salí mojada, las olas del mar fornidas me desnudaron para luego guiarme fuera de él y sin fuerzas, agotada por el cansancio de la travesía caí sobre la arena, el sol caía por la tarde y la arena me había vestido con su caricia cálida  gris plomo, su toque sutil y dulce me hicieron un vestido ceñido al cuerpo, un vestido delineado y con olor a mar, con el olor a la playa, con el olor natural de las aguas… en ese momento apareciste, lejos y distante, el lente que llevabas fotografiaba mis movimientos y mis cabellos se deslizaron por mis hombros dejando entrever una chispa de picardía que no tardaste en interpretar… el lente de tus ojos me abrazó y al final de la noche volvimos al mar.

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