Atuendos…
Mi vestido playero está colgado como quien espera que la brisa llegue a la ciudad, como quien espera el grito del descanso, como un fuerte aliento con olor a licor embriagante y solícito, como un aroma a frescura y un calor deslumbrante; esperé el momento justo para que no fuera necesario usarlo, para que las fechas de mi tranquilidad se extendieran, sin embargo no fue así, los ciclos del cuerpo se pusieron a las órdenes de la aventura, el vestido calló como esperando que lo levantara y colocara lejos de la cercha, sin embargo, sólo lo recogí y volví a subir a su lugar de castigo, a su espacio en un closet, hacia el lugar escogido donde permanecería hasta que fuera oportuno llevarlo conmigo, hasta que el momento consentido lo pidiera, hasta que tú estés cerca del mundo, hasta que yo aparezca como fantasma al término de la madrugada.
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