PUNTOS CLAVE
La mirada enfocó la luz… el cuerpo se levantó tocado por la claridad, de pie se sentó al lado de una mirada que observaba inquieta, ella cerró los ojos y la luz volvió a ser obscuridad, al abrirlos se sentó a su lado, sus dedos, como finos filamentos se enfocaron en los pies… suavemente en círculos subían como hormigas sobre los tobillos, sobre las pantorrillas sobre las rodillas, formas circulares hacían su trabajo, los dedos dejaban sensaciones y de la misma forma intensificaban el deseo de aumentar la presión, los mismos circundaban las áreas de la piel que relajadas se abandonaban a los designios de las manos, las manos a su vez, aseguraban el momento y circulaban por todas las piernas, espalda y cadera, las cuales se relajaban con total entrega, las respiraciones eran intensamente relajadas, las presiones parecían quedarse atrás, más crecía algo que no se había tomado en cuenta en un principio, el poder de los filamentos no sólo había dejado la sensación de bienestar, sino de pronto había abierto la cerradura de la locura, esa locura inexplicable y ese deseo turbio de lo oscuro y de lo inesperado, de lo febril e incontrolable, había llegado al punto en que la fantasía y la realidad se unían confabuladas para llegar al tormentoso momento en que el calor y la pasión aceleradas se embarcarían llevando toda clase de tesoros, donde culminarían quizás todas sus historias; donde se enjuagarían todos los deseos reprimidos, donde se socavarían las historias más tórridas e inimaginables que pudieran haber existido. Donde las miradas no encontraran un fin… donde la sonrisa borre los sinsabores de la vida…
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