Prohibiciones...

A veces quisiera que la maldad despertara sin reproches, que la voz pudiera pronunciar esas palabras inteligibles y atrevidas que guardo en el cajón de los desechos, que los susurros provocativos y que las caricias que nacen de la perversidad de un anhelo, pudieran hacerse presentes sin ser señaladas por un jurado implacable, que al despertar pudiera entretenerme besándote en los labios, que pudiera saciarme con el elixir de tu boca y acariciarte provocando esas sensaciones que me hacen tan fogosa y ardiente; que ese deseo restringido por el tiempo, se equilibrara con los momentos en los que con el pensamiento te llamara en mi mente, que el lugar y los momentos de pasión, se transformaran con sólo un pensamiento, con sólo un suspiro, con sólo un recuerdo.