Mirada...
Las miradas se cruzaron y se encendieron dentro del salón; fue casi imposible evitar el enrojecimiento de la piel, la mirada nerviosa y el ver volver fue la atracción del momento, con ese apego que no se puede medir, que no tiene instrucciones de uso, que no tiene frenos, ni bocinas para detenerse, así son muchas cosas en el ser humano... así es la fuerza de la mirada...
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