Tentación...


Las caricias se intensificaban  tan acuciosas que con el roce de los dedos se podía sentir el estremecimiento del cuerpo, los sonidos agitados pedían mucho más y los besos se unieron fulgurantes ante el deseo que los consumía; los gemidos se confundían y  el sudor apasionado de sus cuerpos transmitían la pasión y el desenfreno, acalorados iban descendiendo lentamente deslizándose hacia el suelo, intercambiaban de posición a medida que las prendas salían disparadas de un lado a otro como si estuvieran ardiendo en llamas, acomodados en la alfombra sus cuerpos desnudos y entrelazados experimentaban el calor, momentos de placer y satisfacción hasta consumirse en suspiros de cansancio y sonrisas nerviosas que desinhibidas mostraron el encantamiento del clímax.

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