El arte de la naturaleza...

Los colores empezaron a dispersarse conforme la mañana se levantaba a iluminar el día, los colores se mezclaban y se confundían en el horizonte, preparaban el día para una obra de arte como pocas, ningún día ha sido igual por lo que los celajes, el anochecer lleno de estrellas, los amaneceres nubosos y la calidez de la mañana han pintado las obras que todos en algún momento hemos fotografiado y guardado en nuestro cajón de recuerdos.  De esta misma manera, el ambiente también ha colaborado indiscutiblemente con los colores, porque algunas mañanas parece sentirse ese aroma de hace tanto tiempo que nos traslada al pasado, un momento en la niñez, un suspiro de adolescencia y un sentimiento perdido en el recuerdo, los vientos aromáticos de vainilla, la tierra húmeda que alguna vez fue nuestra acompañante en los momentos de nostalgia y soledad, esa canción que recuerda a un ser querido que ya no está… todo ello finalmente lo tenemos a nuestros pies, sólo es de levantar la mirada hacia el cielo cada mañana y sonreír.