Unicornio
Su exquisita belleza había sido criticada por un
enorme cuerno que llevaba en la frente, no era como los demás y la belleza de
su porte y de su estilo era comparada con otros que no poseían dicha envergadura.
Su inexperiencia y su aislamiento se debieron
a que el no seguir las convencionalidad de lo cotidiano lo hizo objeto extraño y
rechazado; sin embargo, bajo aquel cuerno se ocultaba la cura de la
incertidumbre, la cura a la belleza externa que con el tiempo se perderá en lo más
recóndito del recuerdo. En ese cuerno
que todos rechazan y señalan existe un corazón lleno de ternura, compasión y
fuerza para proporcionar apoyo y calor al que lo necesite. Fue así como una
tarde en que cortejaba a una hermosa criatura que lo llenaba con adornos y endulzaba
su oído inexperto, se dejó deslumbrar ante una belleza efímera sin cuerno
que tuviese que ocultar, fue de esta manera como su inocencia impidió que
tuviera la mínima duda de esa presencia a su vista como sublime y
celestial. Sin lugar a dudas era su
contraparte y la protegería así tuviera que sacrificarse así mismo para evitar
que alguien se atreviese a amenazar su tranquilidad. Fue entonces que conoció el dolor de la traición
y perdió lo más valioso que siempre tuvo, aunado a su hermosa belleza física,
su hermoso cuerno, la pureza de su alma fueron víctimas de una puñalada que le
arrancó la vida y junto a ella arrancó sus sueños, conoció de la maldad más no
se fue sola porque la mente intelectual que fraguó el plan no se llevó más que
el recuerdo de la belleza que en cuanto la vio en sus manos se esfumó como la
espuma de las olas del mar. De esta manera, su belleza carnal la perdería en un futuro no muy lejano y
la belleza que pretendió obtener a través del prominente cuerno de la hermosa
pureza, se fue con su vida y se esfumó en el recuerdo.
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