La noche vuelve a la vida…
Los monstruos recobran la vida, se esconden en el
atardecer lleno de neblina, se esconden en las sombras de los árboles, se
ocultan en la caída del atardecer donde la noche toma su espacio, donde el
tiempo es eterno, donde las luces como luciérnagas inician su travesía por la
obscuridad, donde la ansiedad, presa de la alegría vivir recobra las fuerzas para
destellar un brillo lleno de perversidad felina, donde la noche es el espacio
perfecto para moverse con sigilo, para dar pasos lentos y silenciosos hasta
llegar a su destino.
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